Hoy finaliza una etapa y comienza una nueva. La que finaliza tiene que ver con cómo se vive una novela mientras se la escribe. Escribir Matalobos, publicarla por entregas en la web, presentarla a un concurso y perderlo, fue un viaje apasionante y gratificante. Disfruté enormemente con la escritura, con las correcciones sucesivas, con los comentarios en el blog de quienes la siguieron. Seguí con ansiedad cada visita, cada lectura de cada capítulo que hacía un internauta desde Buenos Aires o Sri Lanka. Conté las visitas con los dedos de la mano, y tuve que pedir prestadas muchas manos porque, afortunadamente, el seguimiento fue altísimo.
Pero como todo en esta vida, esa etapa necesitaba un cierre, y para mí, el mejor cierre posible era la publicación de Matalobos en formato libro. Por supuesto es una autopublicación, lo que significa que no hay editorial de por medio, pero no por eso me siento menos orgulloso de ella.
El camino que se abre es ese en el que lo que hemos escrito ya no nos pertenece: Matalobos pertenece a quienes la leyeron y a quienes la van a leer, y esa propiedad es indiscutible. Por esa razón, la novela permanecerá disponible, de forma gratuita, para su lectura en el blog. Ahora bien, también es importante y gratificante, para quienes escribimos, recibir una compensación económica, por pequeña que sea. No es por el dinero, sino porque esa compensación certifica que a alguien le ha gustado lo suficiente como para pagar por ella. Los invito a comprar Matalobos como un acto de soporte a los escritores independientes en general, y a mí en particular.
Independientemente del volumen de ventas que tenga, aprovecho la ocasión para agradecer, una vez más, a todos los lectores de Reflexiones de un Aprendiz de Brujo, y para renovar mi compromiso con cada uno de ustedes. Mientras tenga fuerza seguiré escribiendo, y seguiré luchando porque la escritura pueda transformarse, alguna vez, en un medio de vida digno para mí, que me permita dedicarme pura y exclusivamente a repartir mis palabras entre quienes quieran leerlas.
Quienes quieran comprar Matalobos, solamente tienen que pinchar aquí y seguir las instrucciones en pantalla.
Muchas gracias a todos, una vez más.
Federico Firpo Bodner
Barcelona, 2 de diciembre de 2010
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